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Querido Diario...hace 20 años


Un par de palabras que suenan un poco ridículas si intentamos ponerlas en un pedazo de papel, sin embargo a muchas personas nos funciona escribirlas, al final, es algo que escribimos solo para nosotros y no queremos que nadie más lo lea.

dear diary
Mi primer diario

Hace unos días, leí las primeras páginas de mi primer diario, un cuaderno que aún guarda un olor agradable al sacarlo de su caja de cartón delicadamente decorada, un empaste que da gusto de ver, con un acolchonadito que aún hace que me den ganas de ponerme a escribir como loca y una pequeña cerradura que prometía guardar todos mis secretos, aunque la realidad era que, aunque tuviera llave, era posible abrirlo sin ella.


No recuerdo como llegó a mis manos, es probable que lo haya visto en alguna tienda o librería y le pidiera a mi mamá que me lo comprara, siempre he tenido unas ganas increíbles de escribir, pero tal vez más que eso, eran ganas de contar lo que no podía decir y lo que no me atrevía a sentir, no por que fuera algo malo, o algo perverso, por lo menos ese no es mi caso, sino por que siempre fui una niña tímida, llena de muchas inseguridades y pocos amigos.


Solo sacarlo de la caja me genera felicidad

Mis secretos, mis pensamientos, mis opiniones eran solo míos, y solo a mí me los quería contar, incluso muchas veces me senté a escribir sin tener nada que decir, pero quería hacerlo, y siempre en cada ocasión me ayudaba a sacar de mí, aquello que sentía, ya sea bueno o malo, triste o feliz, era yo, tratando de explicarme lo que pasaba por mi cabeza y por mi corazón.


Mi primera página fue escrita el miércoles 7 de julio de 1999, a las 9:21 p.m., en ese entonces tenía 13 años de edad, estaba en vacaciones de medio año del colegio y cursaba el octavo año. ¿Cuántos pensamientos podían andar en mi cabeza en ese entonces?, sin embargo lo que escribí no dice mayor cosa, es más, comienza explicando que mi vida es tan interesante que nunca me pasaba nada, pero aún así estaba feliz de poder escribir en mi diario nuevo.


En mi vida pasan muchas cosas extrañas, bueno no muy extrañas, es más nunca me pasa nada interesante. Diario de Karla, 1999.

A mis 33 años, aún tengo un diario, aún escribo solo para mí, aún me confieso con papel y lápiz. Muchos van al psicólogo, yo tengo un diario, uno que me escucha con paciencia, uno que soporta mis lágrimas, con un manchón en la hoja y uno que estalla de alegría cuando le cuento algo feliz.


Mis diarios son mi tesoro, son mi vida puesta en papel, a veces los leo y sonrío, a veces los leo y me da lástima ver como me ahogué en pequeños vasos de agua, como me dolieron algunas cosas o personas, pero lo mejor de cada diario es que la siguiente página está llena de una historia mejor, de un final mas bonito, de un inicio diferente, de cómo pasó el tiempo y me volví a levantar y ese dolor, solo quedó en el papel, recordándome lo fuerte que fui al superar cada situación, y lo valiente que puedo ser cuando algo con cara de tragedia llegue de nuevo a mi vida.


Escribir es mi mi mejor terapia, mi mejor confidente, mi mejor consejero, no por que tenga las repuestas a todo, no por que lo sepa todo, sino por que escribir es la puerta que abre mi corazón a sentimientos que a veces yo misma desconozco, a pensamientos que no sabía que tenía y a miedos que siempre han estado ahí.


No importa lo que estés pensando o sintiendo en este momento, si es feliz o triste, te invito a que busques papel, lápiz y un lugar donde te sientas libre de escribir, puede que te sorprenda lo que tu corazón tiene para decir.


Unas líneas es suficiente.



Mi primera página y morí de risa 20 años después

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