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Me casé con un príncipe Real

Hace cuatro años conocí a un hombre, que sin darme cuenta empezó a acercarse cada vez un poquito más a mi corazón, al principio todo comenzó como cualquier otra ocasión, una miradita por aquí, otra por allá, sentarnos juntos, largas conversaciones hasta la madrugada, así como quién no quiere la cosa, pero realmente quiere, simplemente estábamos conociéndonos y viviendo un lindo proceso de conquista y dejarse conquistar.


Pero lo más mágico se dio cuando él realmente se convirtió en un Príncipe Azul, de esos de los cuentos de hadas, pero REAL. Ya no era solo la miradita ni el toque desprevenido de las manos, ahora era todo un hombre a mi lado, dándome la mano con toda libertad en medio de cualquier parte, era alguien que me besaba y respondía a mis besos en los momentos mas inesperados.


Era alguien que me abría la puerta del carro, me dejaba pasar primero, siempre cumplía mis deseos con la mayor de las sonrisas y simplemente por que le nacía ser así conmigo, incluso me dejaba comerme la última porción de lo que sea que estuviéramos comiendo.


Ese príncipe azul, de las películas era real, estaba ahí conmigo, a mi lado.

No era perfecto, no era millonario, no tenía el carro más caro, ni tampoco chofer, no vestía con lo último de la moda, ni me llevaba a cenar a los restaurante más finos, pero era más príncipe que todo eso, por que sus palabras, sus sentimientos, sus miradas, sus acciones y su amor eran para mí, y cada día crecían mas.


Me casé con un príncipe real, por que cuando despierto y lo veo dormido en las mañanas me parece que el es todo lo que pedí y más de lo que esperaba, por que sé que me ama de verdad y su amor hace que todos los días salga a luchar contra la versión de la vida real de los monstruos, brujas, vampiros, hombres lobo y hasta zombies, para defender y mantener nuestro castillo construido con amor, esfuerzo y fe.


Ese príncipe real, a veces se enoja, a veces no está de acuerdo con lo que pienso, a veces hace cosas no tan de la realeza, pero aún así, ese príncipe es todo mío y es el Rey de mi corazón.


Juntos construimos nuestro reino todos los días, ayudándonos en las tareas diarias, sin que ninguno de los dos menosprecie o se sienta más que el otro.


Mi príncipe y yo somos felices aunque no lo tengamos todo, porque tenemos todo nuestro amor para ser felices, sin importar las cosas materiales y los bienes.


Mi príncipe sabe que lo amo pero más importante, yo se, que soy la Reina de su corazón.



Este es mi Príncipe Azul REAL


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